¿Existe la inflación en dólares?

Eduardo Castejón, egresado en Estudios Liberales por la Universidad Metropolitana, especializado en América Latina y su relación con China.-

Aunque la realidad es mucho más compleja, este concepto le facilita a muchos de los que la padecen una forma sencilla de explicar lo que ocurre en sus economías. En este breve artículo veremos qué factores económicos generan esta percepción y por qué sentimos que nuestros países pueden “devaluar hasta los dólares”.

Fuente:  El Emprendedor

Pocos fenómenos económicos son tan desconcertantes para la mayoría que los padece como la inflación, esa distorsión que hace que un producto que hoy compraste en USD 1,5 en unos meses esté a USD 2 y en un año a USD 3. Lo que llamamos hiperinflación es, por supuesto, una inflación con esteroides, algo harto conocido por los países de América Latina, especialmente Argentina y Venezuela.

Lo cierto es que la “inflación en dólares” no existe en nuestros países, sino que existe una diferencia entre otras dos distorsiones bastante reales y graves que ocurren al mismo tiempo en las economías, usualmente derivadas por malas prácticas de política económica.

Estas dos distorsiones son por un lado la hiperinflación, que es el aumento generalizado de los precios dentro de una economía y, por otro, la devaluación, que es el incremento del tipo de cambio de la moneda de un país con respecto a una divisa, que puede ser el euro u otras; en América Latina esta divisa es casi siempre el dólar.

Explicado de forma sencilla es que, muchas veces, la inflación puede hacer que el precio de un par de zapatos se dispare, mientras que el tipo de cambio aún no ha reflejado este aumento. Existe otro factor que los precios reflejan: las importaciones y  la reposición de inventario. La inflación puede permitir que algunos productos se fabriquen en el país a un precio más bajo que importarlo, sin embargo cuando el tipo de cambio no refleja esa inflación se crea una “sobrevaluación” de la moneda, que hace que, en términos reales, importar sea más barato.

Pero esa importación también se cubre con bolívares, lo que obliga a los comerciantes a trasladar esos costos a los precios, aumentando el precio “en dólares” ante la expectativa de que el tipo de cambio siga aumentando, por el mismo hecho de que la hiperinflación es muy acelerada.

Por esto es común que un día compremos unos zapatos a una tasa de “10 dólares” y otras veces el mismo par en “12 dólares”. Para que no ocurra, el tipo de cambio o valor del dólar debe estabilizarse mediante el control no sólo de la inflación, sino también de las políticas macroeconómicas del Estado.

Espero que este artículo sirva para despejar algunas dudas y entender un poco lo complejo de la situación en Venezuela y otros países de nuestra región.

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