La Economía Olímpica

Eduardo Castejón, Licenciado en Estudios Liberales, UNIMET. Especialista en Relaciones Corporativas en Val-u.-

¿Quién gana el oro, plata o bronce cuando se trata de… ser sede de las Olimpiadas? El costo de ser el anfitrión: números, ganancias y pérdidas. 

Fuente: Satoshi Kambayashi.

¿Te has preguntado cuánto cuesta ser sede de los Juegos Olímpicos (JJOO)? Esta pregunta tiene varias respuestas, sobre todo porque existen hasta más de 7 años de diferencia entre presentar una candidatura, ser elegida y efectivamente ser sede de este evento deportivo. 

Para empezar, antes siquiera de ser sede de los Juegos, los países y ciudades deben someter candidaturas, que cuestan a los países millones de dólares (desde USD 50 millones hasta más de USD 100 millones). Este dinero se reparte entre consultores, organizadores de eventos, viáticos y otras tarifas.  

¿Quién no quiere ser sede del evento deportivo más antiguo del mundo (sí, o al menos desde el 776 antes de Cristo)? Es decir, significa turistas, consumo exacerbado, empleos para mucha gente, hoteles a rebosar, y más cosas buenas que suben el PIB ¿no? 

La realidad puede no ser tan brillante (quizá las medallas sí), y es que existe una fuerte tendencia a que las ciudades no recuperen la inversión que hicieron para poder recibir a los JJOO. Velo de este modo: luego de (pagar por) ganar la candidatura, las ciudades deberán acondicionar y construir estadios masivos, vías públicas, villas olímpicas, aeropuertos y demás infraestructura (algunas, como Vancouver, lo hacen incluso antes de ser escogidas). También deben equipar al personal, tener hoteles listos y tomar las medidas adecuadas para la seguridad de los visitantes y espectadores. 

¿Cuánto se gasta en esto? Veamos algunos números, gastos e ingresos: 

  • Beijing (2008): +USD 40 mil millones en gastos, recibió +USD 3,6 mil millones. 

  • Londres (2012): +USD 18 mil millones en gastos, recibió +USD 5,2 mil millones. 

  • Rio de Janeiro (2016): USD 20 mil millones en gastos, recibió +USD 6,2 mil millones. 

He leído que solo Los Ángeles (1984) tuvo una ganancia positiva en sus juegos, y que fue debido a que ya contaban con la infraestructura. Interesante ¿no? evidentemente se ha vuelto progresivamente más difícil conseguir una ciudad anfitriona, pero tal como vimos, las ciudades pueden gastar fortunas solo para ser candidatas. En el último proceso de selección (2017), las únicas candidatas que quedaron fueron París y Los Ángeles, lo que hizo que fueran escogidas como sedes para 2024 y 2028. 

En el caso de Tokio 2020 (en realidad 2021), la ciudad gastó alrededor de USD 70 millones en su candidatura (falló la de 2016, con un gasto de USD 150 millones), y el  costo total de los juegos puede sobrepasar los USD 26 mil millones (gracias COVID-19), haciendo de esta edición las Olimpiadas de Verano más costosas de la historia. Por supuesto, vale acotar que el costo de los JJOO no sale solo de los contribuyentes, pues también está el sector privado: hoteles, patrocinadores, restaurantes, clubes deportivos, etc. 

Recuerda también que muchos de estos montos refieren también a deudas adquiridas y costos hundidos: el mantenimiento anual de los estadios de Sydney asciende a los USD 30 millones, mientras que a China le cuesta USD 10 millones anuales solo la Arena Nido de Pájaro. La edición olímpica de Atenas 2004 (USD 15 mil millones) es señalada como una de los culpables de la aún existente crisis financiera griega, debido a las deudas asumidas y el mantenimiento de los espacios que, desde los juegos, han estado vacíos. 

Finalmente, cobra sentido la frase que reza que ser anfitrión de las Olimpiadas es el “mayor riesgo que una ciudad puede incurrir”. ¿Qué piensas tú? ¿Crees que los JJOO valen la pena, o estarías en contra de ellos como los ciudadanos de Tokio? Házmelo saber en los comentarios. Recuerda que si quieres aprender a hacer un presupuesto como debe ser, puedes ingresar a nuestro curso online de Finanzas para Emprendedores, y que no te pase como a Atenas o Río de Janeiro y pierdas tu dinero. 

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