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¿Por qué es importante diversificar nuestras inversiones?

Antulio Moya, Profesor de Mercados Financieros y Analista Financiero.-

Mucho se habla sobre la diversificación y sus ventajas, pero ¿con qué se come eso? Hablemos al respecto.

Fuente: Mashvisor

Antulio Moya, Profesor de Mercados Financieros y Analista Financiero.- A menudo, en nuestra vida cotidiana, solemos escuchar diversas frases y dichos populares aplicables casi al pie de la letra a las finanzas. Quizás uno de los más icónicos es: “no pongas todos los huevos en la misma canasta”. Al no poner todos los huevos en una misma canasta, nos aseguramos de que, en caso de un accidente, se rompan, como mucho, algunos y no todos los que tenemos. Esta lección la podemos extrapolar al mundo financiero y asociarla con el principio de diversificación al momento de diseñar y gestionar un portafolio de inversión.

Pero… ¿Qué es la diversificación?

La diversificación es un principio que establece que, para mitigar riesgos, un portafolio de inversión debe estar compuesto por distintos tipos de activos e instrumentos que tengan un bajo nivel de correlación entre sí. Esto permite que, por ejemplo, la caída de precio de alguna acción que tengamos sea –al menos parcialmente- compensada por un incremento en el precio otra, disminuyendo así el nivel de riesgo de nuestro portafolio sin afectar los rendimientos en el largo plazo.

¿Y a qué llamamos riesgo?

La definición de riesgo es quizás uno de los debates más antiguos en el mundo de las finanzas. Intuitivamente, solemos asociar este concepto de manera exclusiva con consecuencias negativas, como por ejemplo, la pérdida de valor de nuestra cartera de acciones. Sin embargo, los académicos entienden el riesgo como la incertidumbre asociada a la variabilidad de resultados. Dicha incertidumbre –y en consecuencia el riesgo- puede ser cuantificada como la desviación estándar de los retornos de un activo financiero en un periodo de tiempo determinado: a mayor desviación, mayor riesgo.

Por su parte, los gestores de fondos a menudo expresan la definición de riesgo de una manera más empírica y subjetiva. Francisco García Paramés –considerado como el Warren Buffett español- define al riesgo como “la probabilidad de perder dinero en una inversión debido a un error de juicio”. Es decir, no solo le da una acepción negativa, sino que también la relaciona con la capacidad de análisis de cada inversor en particular.

¿Cómo diversificar un portafolio de inversiones?

Existen distintas formas –no excluyentes entre sí- en las que podemos diversificar nuestras inversiones:

- La diversificación entre distintos tipos de activos: cuando hablamos de un portafolio de inversiones solemos pensar únicamente en acciones y bonos. Sin embargo, es posible que invirtamos en otro tipo de instrumentos más cotidianos que debemos considerar como parte de nuestro portafolio, como algunas inversiones alternativas. En este grupo podemos englobar a la inversión en bienes raíces (como una casa o apartamento), bienes reales (como un carro) e incluso activos misceláneos (como una obra de arte o un reloj de lujo). Si bien existen algunos tipos de inversiones alternativas más especializadas (como fondos de cobertura y commodities), se considera una categoría de activos especialmente útil para diversificar un portafolio de inversiones, ya que presentan una correlación históricamente baja con los activos más tradicionales (bonos y acciones).

- Diversificación entre países: otra manera de diversificar nuestras inversiones puede ser mediante la asignación de nuestro capital entre distintos países. Esto se puede lograr, por ejemplo, comprando acciones de compañías radicadas en distintos lugares del mundo, o adquiriendo propiedades en diferentes países o continentes. De esta manera, los posibles riesgos políticos o económicos de alguna nación en particular no afectarán la totalidad de nuestro portafolio.

- Diversificación entre sectores: para las inversiones en un país determinado, podemos recurrir a la diversificación por sectores, adquiriendo acciones de fondos de inversión cotizados (ETF’s) que repliquen el desempeño de los que nos interesen. En el mercado de valores estadounidense cotizan compañías de más de 10 sectores de la economía, entre los que destacan: consumo básico, consumo discrecional, utilities, salud, financiero e industrial. Al diversificar por sectores, nuestro portafolio estará parcialmente cubierto de las fluctuaciones naturales que hay en la actividad económica de un país, ya que por ejemplo, el sector de consumo básico puede brindarnos protección en momentos de recesión.

Es importante tener en cuenta que en momentos de grandes crisis (como el gran crac del 29, o la burbuja .com de los años 2000, o la crisis financiera de 2008), la diversificación se considera una falsa promesa, ya que la correlación entre los distintos tipos de activos suele aumentar y los movimientos en los precios son agresivamente hacia la baja. Un claro ejemplo de estos se dio en la crisis de 2008, cuando no solo colapsó el mercado de valores, sino también el de bienes raíces.

No obstante, es innegable que no diversificar nuestras inversiones puede traernos resultados desastrosos para nuestro patrimonio. Como un claro ejemplo de esto podemos considerar a los trabajadores de Enron, quienes llegaron a tener más del 60% (1,3 millardos de dólares) del total del fondo de retiros invertido en acciones de la propia compañía, la cual por muchos años tuvo rendimientos considerablemente superiores al mercado. Sin embargo, cuando se descubrió el monumental fraude que la empresa había cometido, la acción cayó desde 90 dólares a casi 0, lo que implicó la ruina de cientos de personas próximas al retiro. Uno de los casos particulares más famosos de este acontecimiento fue el de Roger Bruce, un ex empleado de 67 años de edad que perdió los 2 millones de dólares de los que disponía para su retiro, ya que estaban invertidos en su totalidad en acciones de Enron, la empresa en la que trabajó toda su vida (CFA Institute, 2019).

Warren Buffett, uno de los inversores más exitosos de la historia, suele declarar que: “la diversificación es una protección contra la ignorancia y tiene poco sentido si sabes lo que estás haciendo”. Con respecto a esto, es importante gestionar nuestro patrimonio como si fuésemos –hasta cierto punto- ignorantes, ya que de esta manera podremos hacer uso del principio de la diversificación para gestionar los riesgos de una manera más eficiente.