Anna Villamizar, Estudiante de Ciencias Administrativas de la Universidad Metropolitana y miembro de dos agrupaciones estudiantiles.-

Sobre la inversión pública y el sistema sanitario, una oportunidad para aprender y aplicar a futuro.

Fuente: Yahoo

Actualmente, el mundo se encuentra en un estado de emergencia debido a la pandemia del COVID-19, lo que ha llevado a gobiernos a invertir en el desarrollo de vacunas. Sin embargo, la inversión en el sector de salud es un tema que debería haberse abordado antes, hay gobiernos que han invertido desde hace años en el sector de la medicina y la salud, mientras que otros no le han dado la respectiva importancia. Más allá de que lo hayan hecho a tiempo, invertir en salud es esencial.

En el Informe del Foro sobre Inversión en Salud de la Cumbre Mundial sobre Innovación para la Salud (2016) se exponen los beneficios económicos y sociales que puede traer la inversión en el sector de la salud, como una manera de justificar que las figuras políticas redirijan más recursos financieros a este sector. Para apoyar aún más este argumento se puede revisar en el Informe sobre el Desarrollo Global del Banco Mundial (citado por Yamey, Beyeler, Wadge & Jamison, 2017) que demuestra que las inversiones en el sector salud traen prosperidad económica y bienestar para la población de un país. Además, en un reporte de la revista The Lancet Commission on Global Mental Health and Sustainable Development (Comisión de Salud Mental Global y Desarrollo Sostenible) aseguran que las mejoras en salud han generado el 11% de crecimiento económico en países de bajos y medianos ingresos. The Lancet Comission es una de las fuentes de reportaje más prestigiosas que abogan por la salud de la sociedad, brindando conciencia y asistencia a los que lo necesitan. A pesar de enfocarse en reducir los problemas de salud mental de la población, proporcionan información suficiente para justificar el aumento de inversiones en el sector de la salud en general.

En esta situación la mayoría de países están sufriendo de grandes recesiones económicas debido a la pandemia. Campbell Harvey, economista de la Universidad de Duke en Estados Unidos, alega que en dicho país “entre marzo y abril, la tasa de desempleo subió 10 puntos hasta superar el 14%, mientras que el Producto Interno Bruto del país cayó casi un 5%” (citado por BBC News, 2020). Aún así Estados Unidos es uno de los países que ha invertido millones de dólares en desarrollar una vacuna para la enfermedad COVID-19 (Velásquez, 2020). En estos momentos los gobiernos están intentando mantener a flote la economía de sus respectivos países, y generalmente, eso no incluye inversión en el desarrollo de vacunas; lo que se debe tener en cuenta es que la inversión en el sector salud siempre debería considerarse cuando se están realizando presupuestos con el capital del Estado. Un gobierno puede ocuparse hasta cierto punto del gasto público en salud, pero no invierten suficiente para prevenir crisis sanitarias como estas. Se ha evidenciado que países que antes de la pandemia mantenían una inversión considerablemente elevada en el sector salud están en mejores condiciones que otros países. Para entender mejor lo que sería una inversión “considerablemente elevada” la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico proporciona datos de los gastos públicos e inversiones en el sector salud de cada país, así se comparan y se utilizan promedios, para colocar por encima de otros a las naciones que sobresalen de los datos más comunes y así determinar quienes tienen inversiones elevadas (Fundación Femeba, 2019).

Entre los países con mayor inversión en salud se encuentra Noruega, que destina 85% de recursos públicos al sector salud (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, citado por García, 2015). Noruega es uno de los países con menores tasas de mortalidad durante la pandemia, y a pesar de que se le atribuye crédito a las medidas restrictivas que han implementado, el hecho de que en el pasado le han dado importancia al sector de la salud les permite tener una ventaja en esta situación (Domínguez, 2020). Pues va a mantener el bienestar de su población en el mejor estado posible, como han logrado hacer antes.

Finlandia es otra nación que gracias a su inversión en salud y sus medidas preventivas han logrado manejar la crisis sanitaria de manera excepcional. Debido a los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, cuentan con almacenes a lo largo de su territorio nacional donde guardan insumos de distinta índole, para afrontar cualquier tipo de crisis, especialmente una crisis sanitaria como la que se vive actualmente (BBC News, 2020). Esta nación se preocupó por la salud de sus habitantes y por eso pudo prepararse para lo que está sucediendo. Uno no se puede respaldar como Estado en invertir y gastar en el momento que se presente un inconveniente, debe haber un plan estratégico y fondos para este tipo de crisis mucho antes de que sucedan.

Como hay naciones que no se enfocaban en invertir en salud tanto como otras, ahora se ven entre la espada y la pared, debido a que no tienen otra opción que invertir en insumos básicos para la pandemia, como, por ejemplo, equipamiento médico. Cuando en realidad, deberían estar enfocados en invertir en el desarrollo de una vacuna. Naciones que invertían grandes sumas de dinero para la salud se encuentran en mejores condiciones para poder desarrollar vacunas contra la COVID-19. Se puede discutir el hecho de que los gobiernos se encuentran en crisis y no pueden manejar de forma eficiente la pandemia, pero el verdadero hecho es que a pesar de que estén en situación de conflicto no les impide invertir ahora, ni tampoco justifica no haber invertido en el pasado. Como se mencionó previamente, Estados Unidos estando en recesión económica ha invertido millones en el desarrollo de una vacuna, pero pudo haberse encontrado en una mejor situación si hubiese invertido muchos más recursos financieros en salud antes de la pandemia.

Es cierto que las naciones que invierten más en salud son más capaces financieramente, sin embargo, como se dijo antes, la Comisión de Salud Mental Global y Desarrollo Sostenible demostró que la inversión en salud permite el crecimiento de otros sectores productivos, como también la inversión en otros sectores permite tener más recursos para gastar en salud; es una relación bidireccional. Se recomienda la inversión en salud como un método de reducir problemas a futuro, sin embargo, no se garantiza que se eliminen dichos problemas. Se debe tomar en cuenta que la inversión en salud debe venir acompañada de planes estratégicos para situaciones de emergencia. Es recomendable entonces contar con planes de contingencia en el futuro para reducir las consecuencias negativas de una crisis sanitaria como la que se está registrando hoy en día. 

Referencias:

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López, A. (mayo-agosto, 2010) La proactividad empresarial como elemento de competitividad. Redalyc, vol. 6, núm 2, pp. 303.312. pdf. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/461/46115146011.pdf

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Universidad de León (s.f.) La gestión eficaz del tiempo %91pdf%93. Recuperado de: https://portaldelasescuelas.org/wp-content/uploads/2016/09/gestion_del_tiempo.pdf