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Los siete hábitos que debe poseer una persona altamente efectiva

Anna Villamizar, Estudiante de Ciencias Administrativas de la Universidad Metropolitana y miembro de dos agrupaciones estudiantiles.-

Es necesario poseer ciertos hábitos que te permitan trabajar con mayor eficiencia, hábitos que poseen personas exitosas. Solo serán útiles para aquellos que sean consistentes con su práctica.

Fuente: Infobae (2019)

Es común que en las organizaciones se presenten problemas, y a la hora de resolver esos problemas debe haber una figura que motive a sus subordinados; el gerente es una figura importante en la empresa, ya que administra, delega y motiva (Ruiz, 2020). Si se quiere mejorar algún aspecto de la empresa hay que dar el ejemplo de lo que se quiere alcanzar al ser una fuente de inspiración para los demás trabajadores. Los gerentes, como jefes que son, deberían tener la disposición de alentar a sus subordinados a alcanzar el objetivo en común que se han planteado. Para que el gerente sea una figura modelo, debe practicar ciertos hábitos que lo formen como una persona eficiente dentro de la empresa. Hay ciertos hábitos fundamentales, los cuales menciona Covey (2003) en su libro “Los siete hábitos de la gente altamente efectiva”, que deberían ser tomados en cuenta por cualquier profesional, especialmente un gerente como figura significativa dentro de las organizaciones. Es importante que se tomen estos hábitos en cuenta porque son principios básicos que pueden capacitar y adaptar mejor al gerente a su entorno, y que esté más consciente de su comportamiento en el ambiente laboral.

Iniciando con el primer hábito está la proactividad, la cual es denominada como el grado en el cual las personas emprenden acciones para influir en su entorno (Becherer y Maurer, 1999, citado por López), por eso se relaciona con la responsabilidad que asume la persona, en este caso el gerente, para ejecutar y dirigir actividades. Un gerente debe mantener comunicación activa con todos, aceptar críticas y sugerencias, sin embargo, no debe dejarse influenciar; por eso debe tomar la responsabilidad de todas sus acciones mientras se mantiene enfocado en los objetivos estratégicos.

El segundo hábito aborda los propósitos que se plantea el individuo, por eso se relaciona con la figura de líder independientemente de la figura del gerente, debido a que el líder es el que establece el propósito y los objetivos de la empresa, y el gerente lleva a cabo las acciones para alcanzar esos objetivos (Covey, 2003). La idea es que una persona pueda definir cuáles son sus objetivos personales para saber con mayor exactitud qué hacer después. En el caso del gerente, este debería tener la capacidad de no solo administrar correctamente los recursos y gestionar todas las operaciones, pero también tener un sentido de liderazgo, sea en su entorno personal o laboral.

El tercer hábito está estrechamente vinculado con las metas personales, al igual que los dos hábitos previamente mencionados, y comprende la gestión y organización del tiempo. Los individuos deben aprender a priorizar actividades que sean más importantes o urgentes que otras, sin exigirse mucho ni flexibilizar demasiado. Un gerente debe saber diferenciar entre la gestión anticipativa y gestión reactiva del tiempo, y en qué situaciones aplicar cada una. La gestión anticipativa es la más recomendable para este tipo de puestos de trabajo debido a que “establece prioridades, distribuye el tiempo en función de importancia y reserva tiempo para imprevistos”, según la Universidad de León, sin embargo, para que esta clase de gestión sea efectiva el gerente debe tomar la iniciativa. Los jefes pueden verse tentados en realizar una gestión reactiva del tiempo, es decir, de manera espontánea, sin planificar de antemano, y sin priorizar actividades; lo cual puede afectar negativamente a la eficiencia de los subordinados y los mismos gerentes.

El cuarto hábito empieza a relacionarse con las metas colectivas, más que con las personales, abarcando la interacción entre los trabajadores de una empresa. Aquí el gerente se interesa en que todas las partes involucradas se vean beneficiadas y nadie salga perjudicado, así los resultados que se quieren lograr son el bien común y la equidad teniendo siempre una mentalidad ganar-ganar (Covey, 2003), tanto para empleados como para clientes. A veces las empresas incentivan la competencia entre los empleados para alcanzar los objetivos, pero es un modelo incorrecto de trabajo porque implica la victoria solo de algunos, no de todos (Covey, 2003). Hay que tener mucha empatía para identificar las incomodidades del personal y que realmente desean ser renumerados equitativamente; se debe ser muy atento y dispuesto al escuchar. Con lo dicho, anterior, se puede iniciar hablando del quinto hábito ya que sigue abordando el tema de victorias colectivas y hace énfasis en la empatía, y en colocarse en la perspectiva del otro. Al comprender mejor las dificultades personales o laborales de alguien se pueden resolver los problemas de manera más eficiente, y es que esa empatía va a ayudar a la comunicación, esto es, ponerse en los zapatos del otro.  Como dijo Covey (2003):

En la empresa, se puede dedicar tiempo a entrevistas personales con los empleados. Escucharlos, comprenderlos. Establecer sistemas de información para los gerentes, que brinden una retroalimentación honesta y precisa en todos los niveles: de los clientes, de los proveedores y de los empleados. Hacer que el elemento humano sea tan importante como los factores económicos o técnicos. (p. 160)

Es significativo que menciona el elemento humano, porque el capital humano es el factor más importante, ya que son las personas las que gestionan todas las operaciones y se les debe tomar en cuenta en todo momento. Al poseer buena salud, sea mental o física, los trabajadores están más enfocados en lograr los objetivos, además elimina las influencias externas que puedan tener estos, como, por ejemplo, problemas que estén teniendo con su familia. Así como el gerente debería saber controlar su círculo de preocupación, los subordinados también, porque para ser exitosos todos deben adoptar estas nuevas costumbres, el gerente es el que debe ser ejemplo a seguir de esto para fomentar estas nuevas actitudes en la empresa.

Con lo dicho anteriormente caemos en el sexto hábito, donde se interrelacionan los conceptos de holismo y sinergia, ya que es el hábito conectado con el buen funcionamiento de los equipos de trabajo. Dándole un enfoque holístico se puede decir que las partes de una empresa tienen un impacto significativo en sus resultados finales, pero esto está interrelacionado con la sinergia sobre la cual habla el autor en el libro de los siete hábitos, ya que la sinergia se enfoca en la interacción de esas partes. De esta manera, se sigue enfatizando en los recursos humanos de la empresa, y como estos deben relacionarse. Los gerentes deben estar interesados en buscar el mejor funcionamiento de las partes involucradas, teniendo como visión de que llevando a cabo lo que tenga que hacer para lograr eso estará beneficiando a la empresa como un todo.

Por último, se encuentra el séptimo hábito, el cual comprende todas las acciones que una persona, en este caso el gerente, deberían hacer para mantener un control de lo que está realizando, con el propósito de transformar la empresa y ser constantes con el progreso; se hace un énfasis en actividades que se pueden realizar en el ámbito personal para mejorar otros aspectos de la vida. Como se ha expuesto previamente todo está interrelacionado, y en la empresa un gerente puede establecer hábitos saludables en su vida personal que lo lleven automáticamente a mejorar otros aspectos de su vida, incluyendo el aspecto laboral.

Lo más importante, siendo gerente o figura de liderazgo es aplicar estos siete hábitos, teniendo como propósito el mejoramiento global de su trabajo y vida personal, tomando en cuenta la influencia que tiene directamente los hábitos con el éxito de la persona y de la empresa.

Referencias:

Alegsa (2009) ¿Cuál es la diferencia entre holismo y sinergia? Recuperado de: https://www.alegsa.com.ar/Diccionario/C/5005.php

Covey, S. (2003) Los siete hábitos de las personas altamente efectivas %91pdf%93. Recuperado de: https://www.colegiorudolfsteiner.edu.ec/pdf/Los-7-Habitos-de-las-Personas-Altamente-Efectivas.pdf

López, A. (mayo-agosto, 2010) La proactividad empresarial como elemento de competitividad. Redalyc, vol. 6, núm 2, pp. 303.312. %91pdf%93. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/461/46115146011.pdf

Ruiz, H. (2020) El Rol del Gerente pdf.

Universidad de León (s.f.) La gestión eficaz del tiempo %91pdf%93. Recuperado de: https://portaldelasescuelas.org/wp-content/uploads/2016/09/gestion_del_tiempo.pdf