Las AIF’s o Inversiones Alternativas
Antulio Moya, Profesor de Mercados Financieros y Analista Financiero.-
¿Conoces algunas inversiones alternativas? Seguro que sí. En este artículo conoceremos algunos conceptos importantes en el mundo financiero y cómo han aportado a la economía de los países.
Fuente: AegonLife
Con inversiones alternativas nos referimos a un término comúnmente utilizado en los mercados financieros, que engloba a un grupo de instrumentos o vehículos de inversión diferentes de los tradicionales (acciones, bonos y cash). Dichos instrumentos incluyen algunos cotidianos e intuitivos, como los bienes raíces y artículos coleccionables, y otros mucho más sofisticados, especializados y opacos, como los fondos de cobertura (hedge funds) y de capital privado (private equity).
Es importante destacar que las inversiones alternativas no son poco comunes ni novedosas, pese a lo que su nombre podría sugerir. De hecho, han presentado un importante crecimiento desde la década de los 90’s, alcanzando actualmente más del 25% de los activos bajo gestión en los mercados financieros a nivel global (CFA Institute, 2019).
Históricamente, las inversiones alternativas han tenido una correlación relativamente baja con los instrumentos de inversión tradicionales, permitiendo a los inversores, especialmente a los de alto valor neto, diversificar sus carteras.
En términos generales, las inversiones alternativas presentan una serie de características especiales que contrastan con las tradicionales, como lo son:
- Gestores de fondos altamente especializados en instrumentos y estrategias específicas, como inversión en acciones o deuda de compañías en riesgo de quiebra, o inversión en start-ups.
- Altas comisiones de gestión, producto de la alta especialización de los gestores de fondos.
- Poca regulación y en consecuencia poca transparencia.
- Estrictos requisitos para invertir. Por ejemplo, los fondos de cobertura exigen a sus potenciales inversores un determinado nivel de conocimientos financieros e importantes montos mínimos de inversión.
- Restricciones –tácitas o explícitas- a los retiros: se considera que las inversiones en capital privado suelen requerir, de manera implícita, al menos 5 años para poder venderlas. Por su parte, los fondos de cobertura pueden restringir los retiros de sus inversores bajo ciertos términos en condiciones adversas del mercado, como lo hizo Michael Burry del fondo Scion Capital previo al estallido de la crisis financiera de 2008 (referencia de la película “The Big Short”).
Antes de considerar diversificar nuestras carteras utilizando este tipo de instrumentos, es importante conocer y considerar los tipos de inversiones alternativas más importantes y las cualidades propias de cada una:
- Fondos de cobertura: son un tipo de fondos de inversión que reúnen una serie de características que los diferencian de otros tipos de fondos más tradicionales y conservadores (como los fondos mutuales). Debido a que están poco regulados, los hedge funds suelen manejar sus portafolios de manera agresiva, a menudo utilizando altos niveles de apalancamiento e instrumentos derivados. Además, sus acciones no cotizan en Bolsa (como sí lo hacen las de otros tipos de fondos), lo que ocasiona que estén abiertos a un número limitado de socios (inversores) con experiencia previa en el mundo financiero y que estén dispuestos a invertir un monto mínimo relativamente alto (alrededor de 1 millón de dólares). Las estrategias utilizadas por los fondos de cobertura son muy diversas y discrecionales, como: growth o value investing con base en análisis fundamental, inversión en acciones o deuda de compañías en riesgo de quiebra, inversión de acuerdo a factores macroeconómicos y políticos, e inversión en compañías en las que desean impulsar cambios en su gestión (también denominada como accionista activista).
- Capital privado: es un término con el que nos referimos a la inversión –de manera directa o través de fondos- en compañías que no cotizan en Bolsa o en empresas de capital abierto con intención de convertirlas en privadas. En el private equity, al igual que con otros tipos de inversiones alternativas, existen varias categorías de acuerdo a la estrategia que se utilice: adquisiciones apalancadas, llevadas a cabo por firmas que emiten deuda y utilizan esos fondos para adquirir una compañía pública y privatizarla. Distressed investing, que se basa en comprar deuda de empresas que atraviesan problemas financieros, pero que cuentan con un modelo de negocio que puede ayudarlas a resurgir en el mediano plazo. Development capital, que se refiere a la inversión en empresas maduras que necesitan recursos para expandirse a nuevos mercados o reestructurarse. Y una de las más emocionantes para los emprendedores: el venture capital, que se basa en financiar empresas privadas emergentes –como puede ser una start-up- con grandes posibilidades de crecimiento. Como un subgrupo de esta última categoría están los angel investors, que financian proyectos en etapas muy tempranas, incluso desde la concepción de una idea de negocios.
- Bienes raíces (real state): con este términos nos referimos a la inversión –directa o indirecta- en bienes raíces, tales como casas, apartamentos, terrenos, edificios, e incluso locales o centros comerciales. La inversión directa en real state se basa en comprar directamente el bien, como cuando una persona adquiere una casa. En los países en los que existe acceso al crédito bancario, la inversión en bienes raíces suele ser una de las primeras –y más importantes- que realizan las personas en su vida. La inversión indirecta en bienes raíces podría ser a través de las compra de acciones de REIT’s (Real State Investment Trust) o ETF’s que repliquen a dicha industria. Es importante destacar que generalmente se considera más riesgoso invertir de manera directa que indirecta en real state, ya que es más fácil cerrar una posición en un REIT que vender una casa.
- Infraestructura: en los países en los que se disfruta de instituciones funcionales y derechos de propiedad claramente definidos y respetados, es muy común que los inversores financien la realización de proyectos de uso público –como la construcción de una carretera- con el objetivo de posteriormente alquilarlos a los gobiernos y obtener una ganancia. Esto se conoce como inversión en infraestructura y se puede clasificar de dos maneras: en activos económicos, como trenes, carreteras, puentes, sistemas de electricidad, y en activos sociales, como cárceles, hospitales y escuelas. En los últimos años, este tipo de inversión ha tenido un auge importante en muchos países de Europa.
- Commodities: los commodities son activos reales que comúnmente comparten características similares a pesar de la región geográfica en la que se produzcan y se transan en los mercados financieros. Como ejemplos de este tipo de activo tenemos: oro, paladio, trigo, café, ganado vivo, electricidad, gas, etc. Históricamente, la inversión en commodities ha generado rendimientos inferiores a los de los activos tradicionales. Sin embargo, se consideran excelentes como cobertura contra la inflación y para la diversificación de portafolios.
- Miscélaneos: como su nombre lo indica, se basa en la inversión en activos diversos y que no entran en las categorías previamente expuestas (mayormente artículos coleccionables). Este tipo de inversión suele ser muy ilíquida y generalmente requiere una experticia importante del inversor, a fines de evitar fraudes. En esta categoría podemos considerar: obras de arte, relojes de lujo, costosas colecciones de vino, etc.
Durante los últimos años ha crecido considerablemente el número de apasionados y profesionales de los mercados financieros que se especializan en inversiones alternativas. Muchos de ellos deciden realizar la CAIA (Chartered Alternative Investment Analyst), una de las certificaciones más reconocidas en el área.
Si quieres escuchar el episodio de Networking de Ideas, el podcast de Val-u, donde conversaron sobre Capital Privado con el invitado especial Santiago Fontiveros, gestor de fondos de capital privado, puedes conseguirlo haciendo click aquí.