El panorama europeo
Eduardo Castejón, egresado en Estudios Liberales por la Universidad Metropolitana y se especializa en América Latina y su relación con China.-
En Europa comienza a asomarse el fin de la pandemia, mientras que tanto en EEUU como en América Latina la situación se mantiene crítica.
Algunos bares y restaurantes en terrazas y plazas empiezan a abrir sus puertas y ofrecer sus servicios que, aunque limitados en cantidad de consumidores, están más seguros de un pronto final de la pandemia luego de tener varias semanas en estrictas cuarentenas que lograron frenar el aumento de infectados y mantener la curva de contagios controlada.
Debido a la pandemia y los estragos causados en las economías de la Eurozona, la Unión Europea está en plenas negociaciones para lanzar paquetes de ayuda a las economías golpeadas de los países miembros. Esto generó altas expectativas que levantaron en buena medida los indicadores económicos europeos, y es especialmente una buena noticia para naciones como España, Italia o Grecia, cuyo desempeño económico antes de la pandemia no era el mejor.
El acuerdo de recuperación alcanza la masiva cifra de EUR€ 750 mil millones (US$ 858 mil millones), a ser repartidos entre los miembros de la Unión, con especial atención a los países muy endeudados y severamente golpeados por la pandemia. El acuerdo, que surgió por iniciativa de los representantes de Alemania y Francia, es histórico en cuanto a su presupuesto, mucho mayor que el usado en el Plan Marshall. A pesar de su éxito en las conversaciones en el Consejo Europeo, el acuerdo no estuvo exento de críticas, en su mayoría hechas por el grupo de países denominados “frugales”, compuesto por Austria, Países Bajos, Finlandia y Dinamarca. Este pequeño y austero grupo de países, adalides del gasto público conservador y sin derroches, accedió al paquete de ayuda a cambio de que se redujera el monto de subvenciones y de que se aprobara un veto para los países que hicieran un uso ‘irresponsable’ de los fondos.
Fuente: The Economist
El acuerdo está compuesto por €390 mil millones en subvenciones y €360 mil millones en préstamos, una oportunidad única para países como Italia, que puede recibir, en palabras de su presidente, hasta €81 mil millones en subvenciones y €127 mil millones en préstamos, más de cinco veces lo que recibió con el Plan Marshall, ajustado a inflación.
Si bien es una buena noticia, continuará siendo un reto para el gobierno conciliar las finanzas de la nación, que en los últimos años ha acumulado una deuda pública de más del 150% del PIB.
Los fondos no serán repartidos con sólo la crisis del coronavirus como criterio, sino también busca apoyar a las economías que más necesitan modernizarse, además de cumplir con el objetivo de hacer a la región más verde y digital.
No obstante, y a pesar de una mejoría en las ventas al por menor en la eurozona hasta acercarse a niveles pre-crisis, el temor por una segunda ola de contagio se ha dejado ver. Gran Bretaña, recién salida de la Unión, ha establecido un veto a los viajeros desde España y, más recientemente, desde Francia.
Además, la pandemia sólo supuso una breve pausa a los asuntos usuales del continente, ahora convulsionado con las protestas e inestabilidad política en Bielorrusia y en plenos procesos disciplinarios por parte de la Unión contra la Hungría de Viktor Orban y Polonia, por presuntos casos de corrupción del primero y la deriva autocrática de los gobiernos de ambos.
Fuente: The Economist
El Panorama es una Europa con los problemas usuales de frontera, defensa, relaciones bilaterales y con la novedad que implica la pandemia de COVID-19, que la ha empujado a acordar uno de los más grandes paquetes de ayuda de su historia, generando cierto optimismo incluso en los bancos más grandes, que pecan de ser menos rentables que sus pares americanos, por lo que sus previsiones ante pérdidas son menores.