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¿Cómo hay más dinero? La expansión crediticia

Eduardo Castejón, egresado en Estudios Liberales por la Universidad Metropolitana, especializado en América Latina y su relación con China.-

La mayoría de las personas tiende a pensar que la masa monetaria en una economía es puesta en circulación únicamente por el gobierno, que es éste el único encargado o capaz de inyectar liquidez en las economías, permitiendo a éstas moverse día a día.

Fuente: Freepik

La realidad es que, al menos en la mayoría de países, el gobierno imprime el dinero y emite sólo parte del que circula en la economía, y es en mayor parte a través del gasto público, que recordemos son los recursos que los gobiernos usan para mantener su administración y proveer los servicios necesarios a sus ciudadanos, como la construcción de vialidad, el pago de salarios, la defensa o, en algunos países, cuestiones como el aseo urbano.

Por otro lado, los otros creadores o emisores de la masa monetaria de la economía son, como no, los bancos. La concepción común es que los bancos guardan el dinero de sus clientes y luego éstos lo prestan a otros clientes o lo invierten en empresas y en bolsa. Aunque esto es así, también los bancos “generan” dinero nuevo, sin acción del gobierno. No es que imprimen más billetes, sino que otorgan créditos que superan en cantidad a las reservas en efectivo de tales bancos. Es decir, que los bancos reciben un depósito de una cantidad de personas y luego prestan a una persona una mayor de dinero, a unas tasas de interés determinadas (que es el negocio de los bancos, entre otros).

En resumen, los bancos incrementan la masa monetaria de la economía con préstamos que no están sustentados en ahorro previo, a esto lo llamaremos “expansión crediticia”. Aquí debemos introducir algunos términos nuevos, por ejemplo: la reserva fraccionaria; esto hace referencia a sistemas donde los bancos sólo deben guardar, en sus reservas, una parte de los préstamos a sus clientes. Evidentemente, existe un límite para ello, los bancos no pueden otorgar créditos “a lo loco”, ante esto tenemos otro término, muy en boga en Venezuela estos dos últimos años: el encaje legal. Veámoslo como la correa de un perro, el Banco Central es quien ajusta tal correa, mientras que el perro son los préstamos de los bancos; mientras más suelta la correa, el perro puede ir más lejos (más préstamos y de mayores montos), mientras que si ajusta la correa, el efecto es el contrario.

La explicación más técnica es que el encaje legal es el porcentaje de dinero depositado que los bancos deben mantener en reservas y no prestar, en libros también suele aparecer como “coeficiente de caja”. Suele ser muy bajo en la mayoría de los países, para los europeos suele ir alrededor del 1%, mientras que en EEUU es del 10%. El caso Venezolano es, como siempre, excepcional, pues el encaje legal se ha mantenido igual o muy cerca al 100%, ello para tratar de controlar la hiperinflación que el país lleva años padeciendo y limitar la devaluación de su moneda.

Ahora bien, volviendo al tema de este artículo: ¿Cómo aumenta esta expansión crediticia?

A través de tres vías:

Bajando la tasa del encaje legal.

Subiendo la cantidad de fondos promedio que los clientes dejan en sus cuentas, este porcentaje de fondos que no son retirados permiten a los bancos disponer de más dinero base con el que crear créditos.

Bajando la cantidad de dinero o masa monetaria que no llega al sistema bancario. Es común que sea bajo en países que estimulan el consumo.

Cabe mencionar y recordar que este proceso es clave no sólo para la dinamización de la economía, sino también para su crecimiento y desarrollo; hoy en día casi todos los grandes proyectos se hacen a través de créditos bancarios, puedes verlo como si USD 100 depositados hoy comienzan un proceso dentro de la banca: se retiene una parte por encaje legal o reservas base y la otra se presta a unas determinadas tasas o se invierte, y esa misma cantidad prestada se multiplica de forma prácticamente infinita, creando así más dinero en cuentas bancarias que poder prestar.